
Hace 16 años que Milly y Jocelyn tomaron rumbos separados en el mundo artístico. Tras el éxito de la orquesta “Milly, Jocelyn y Los Vecinos”, en los años 70 y 80, cada una encaminó su carrera como solista, la primera continuó en el género del merengue y la segunda se inició en la música sacra.
Desde entonces han sido contadas las veces que las hermanas han subido a un escenario juntas, pero nunca para recordar su época dorada en el merengue. Es por eso que ambas consideran su reencuentro, mañana en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré como parte del concierto “Con Milly una noche”, como un evento histórico.
“En este espectáculo voy a dar todo lo que tengo, a contarles lo que nos ha acontecido en estos años de andar musical, en el caso de Jocelyn, lo que Dios ha hecho con su familia y lo que ha hecho con todos. Va a ser una trayectoria contada y cantada”, comentó Milly ayer en el marco de un reconocimiento que le otorgó la Oficina de Promoción Turística de la República Dominicana en Puerto Rico por su legado artístico y como embajadora cultural de su país alrededor del mundo.
Jocelyn, quien es pastora del Centro Cristiano de Oración en New Jersey, compartió la emoción de su hermana de volver a recordar los viejos tiempos, aunque ninguna quiso especificar cuáles temas incluirán en el repertorio del concierto ni si habrá otros artistas invitados.
“Eso es una sorpresa, tienen que ir a vernos”, insistieron las cantantes, quienes también compartirán tarima con sus hermanos Martín y Rafael Quezada, así como los dos hijos de Milly y la hija de Jocelyn, de 14 años, a quien ésta considera “un milagro de Dios, porque no podía tener hijos, pero Él me lo concedió”.
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