
La cantante apareció, anteanoche, en el escenario en silla de ruedas, con lentes obscuros y las manos entrelazadas sobre las rodillas para escuchar en voz de sus amigos las canciones mexicanas que ella internacionalizó, recordar sus andanzas con la pintora mexicana Frida Kahlo y las parrandas con el compositor mexicano José Alfredo Jiménez.
“Quién iba a decir que tú y yo íbamos a ser personajes distinguidos” en este homenaje, bromeó el cantante español Joaquín Sabina en un mensaje grabado en video desde España, quien le dijo que...
...sigue “soltero en espera de que te quieras casar conmigo”. La homenajeada se rió, y escuchó luego al escritor Carlos Monsivais, quien recordó cómo empezó la “leyenda negra de Chavela”.
Monsivais contó que conoció a la cantante el día del sepelio de Frida Kahlo, cuando Vargas se apareció con jorongo (poncho) y calzón de manta (pantalón ancho), como acostumbraban vestirse los indios mexicanos. “Chavela supo vivir como le dio la gana en una época en la que a nadie sabía darle la gana”, apuntó Monsivais.
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