La música romántica renueva exponentes

El que el original grupo Negros ganara en los premios Casandra, que organiza la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) en el año 2004 cinco estatuillas fue un mensaje claro de que la música romántica había tomado otro rumbo a nivel musical en el país.

Con mucho impacto también llegó Pavel Núñez y su disco “Paso a paso” (2001), el que “fue muy exitoso, y al ser tan exitoso como lo fue, ha dejado huellas y una ola de sensación, de que hay canciones que nunca se dejarán de cantar”. Desde entonces, él es un referente en la música romántica dominicana.

En el caso de Negros, el “booom” de este grupo con su primer álbum (2004) fue incuestionable. Desde ese tiempo a la fecha muchos otros jóvenes artistas se han decidido por este género musical para entrar al negocio de la música, aun cuando se sabe las dificultades que presenta este mercado para los solistas.

Un caso reciente es el de Marel Alemany, un joven que con apenas un año y medio de haber presentado su primera producción, “De papel”, ha logrado sonar algunos de sus temas, viajar hasta otros mercados y realizar presentaciones.

Y aunque lo de cantar canciones románticas siempre fue su deseo tras su debut en el 2006 se dio cuenta que realmente estaba en el camino correcto.

“República Dominicana es un mercado rentable, ahora, lo que pasa es que no nos podemos dedicar sólo a trabajar este mercado. Es que es una plaza pequeña no sólo para nosotros sino para los propios merengueros que tiene que hacer varias giras en el año”, sostiene el joven cantautor que comienza la carrera dispuesto a trabajar y duro.

La propuesta musical de Marel es “una música alternativa latina y con mucho peso en la lírica”.

Su meta para este año es seguir descubriendo mercados nuevos y publicar su segunda producción musical. Además de cantar trabaja en una publicitaria, así divide su tiempo.

Caso de Wason
Si hay un solista que está recogiendo frutos es Wason Brazobán. El joven de Villa Mella recuerda que en sus inicios mucha gente le dijo que no incursionara en el medio artístico de manos de la balada, sin embargo, el se llevó de lo que su corazón le dictó en todo momento.

“Por eso le tengo que agradecer mucho al disquero Franklin Romero que creyó en nosotros desde un principio cuando todo el mundo decía que ésta no era una música comercial, y más en este país, que es la tierra del merengue y la bachata”, comenta el intérprete y también compositor que también ha escrito temas para otros artistas que no son necesariamente del género de la balada.

Wason se considera un bendecido de Dios por el hecho de que no todos han podido reunir los logros que él ya tiene en su corta carrera. De que ha vivido del canto y de la balada, sí lo ha hecho, ahora, también él es compositor y ha tenido la suerte de que varias de sus obras han sido tomadas por intérpretes reconocidos que incluso las han convertido en éxitos. “Yo si me he podido mantener, me ha ido muy bien, haciendo lo que hago y cantando lo que canto. Confieso que vivo como no me lo esperaba y estoy muy agradecido en esta música”.

Wason que pasó a ser la única figura del grupo negros tras la separación de los tres integrantes en el año pasado está sorprendido de los resultados que obtuvo en el mes de diciembre, cuando hasta algunos merengueros vieron sus agendas reducidas a escasas presentaciones. “A mí me decían que yo parecía merenguero, porque me topaba con algunos músicos y me veían de un lado a otros en pleno diciembre”.

Por muchos años muchos los solistas han debido dedicarse incluso a otras tareas y alejarse del canto al no encontrar el apoyo necesario para mantener sus propuestas.

En el país hay una legión de solistas que han elevado nuestra música que ni siquiera lograron tener un buen contrato con una disquera.