Céspedes y el retorno del amante

Regresó, y en plan de reconquista. Luego de diez años ausente de los escenarios boricuas, el cantautor cubano Francisco Céspedes se presentó el sábado en la noche en una larga, larguísima velada bohemia y la promesa de hacer lo que él mismo asegura es lo que mejor hace: cantar.

Con la Sala Felipe Rodríguez del Centro de Bellas Artes de Caguas casi llena a capacidad, inició el espectáculo más de media hora después de la hora pautada.

Piedras Negras, un trío procedente de Miami –y que de hecho esa noche hacía su debut- tuvo a su cargo la apertura del evento, producido por Rolando Santa y Angie García.

Luego de otro receso de quince minutos, exactamente a las 9:41 de la noche, apareció Francisco Céspedes ataviado con una larga túnica negra, pantalones blancos y el sombrero tipo Panamá de rigor. No bien comenzó a entonar su primera canción, “¿Qué hago contigo?”, y el público lo recibió con fuertes aplausos.

Como segundo número el artista eligió...

...la composición “Dicen”, la cual compuso hace 26 años en Cuba para su primera novia. Y luego de un poco de broma y picardía hablando de los amores furtivos en su Cuba natal, Céspedes dejó escapar el primero de sus muchos comentarios de esa noche acerca de la nostalgia que siente por su patria y su descontento ante la situación política de la tierra de Martí.

“He sido un amante que me fui por diez años y he vuelto a tratar de conquistarlos... y para congraciarme, regreso con lo que yo tengo en la vida, que son mis canciones”, dijo en tono simpático un Pancho Céspedes.

El espectáculo, según el mismo cantante le explicó al público, fue uno completamente nuevo, esto como antesala de su más reciente trabajo discográfico, que se espera salga a la luz el día 10 de junio. De esa producción presentó los temas: “Parece que”, “Se parece a ti” y “Nunca más”. Y aunque sus interpretaciones se ganaron el favor de un público que lo ovacionó, lo cierto es que causó cierto desencanto el hecho de que Céspedes no se sabía las letras y en varias ocasiones se limitó a tararear parte de las mismas.

Justo a la mitad del concierto, se dio uno de los momentos más emocionantes del evento.

Céspedes inició una simpática historia -de otra de sus novias- y cómo sus escapadas a un club nocturno habanero lo hicieron descubrir el sensual género del “filin” y, luego de un relato bastante largo, el cantante invitó a subir al escenario a Gilberto Santa Rosa, Victor Manuelle y Glenn Monroig. Los artistas más que cantar con Céspedes, se enfrascaron en una bohemia en la que cada cual interpretó una canción que provocó gritos y un aplauso de pie.

Terminado el homenaje al “filin”, Céspedes continuó sacando de su maleta imaginaria más canciones –por cierto, más de 21 de ellas-, culminando con uno de los éxitos que lo internacionalizó: “Vida loca” –un número que desde temprano el público le venía pidiendo. Cuando cayó el telón a las 12:12 de la madrugada, el maestro intentó complacer al público que solicitó la típica ñapa con “Pensar en ti”.

No obstante, apenas los dejó con su sabor en la boca, pues por asuntos técnicos y de negocios, el evento tenía estipulada una hora límite que hacía rato había pasado por alto el intérprete de “Donde está la vida”, otra de las melodías que más de uno se quedó con ganas de escuchar.